Los últimos bosques primarios de la Tierra

Imágenes para experimentar la Naturaleza a través de los sentimientos

Este proyecto está presentado por Jesús Rocandio, como director de un amplio equipo de profesionales, amantes entregados a la Naturaleza, sin los que no sería posible realizar este fascinante proyecto. Motivo por el cual presentamos este trabajo en plural, bajo el nombre de UNIVERSO BOSQUE, recogiendo todas las actividades que describimos en este proyecto.

 

 

La necesidad de salvaguardar los últimos espacios terrestres que reúnen la mayor biodiversidad del planeta.

 

Uno de los grandes males que asolan al hombre y a la sociedad del siglo XXI es su progresivo alejamiento del medio natural. La pérdida de la escala humana en relación a la Naturaleza nos ha hecho perder su concepto como referente vital. A día de hoy, el culto al futuro niebla el entendimiento, afincado en términos como “porvenir” que resultan ser engañosos, incluso

a veces, perversos. La confianza en promesas que vendrán a salvarnos, se contrapone a una falta de visión hacia el pasado, a un retorno hacia el inicio, que siempre explica quiénes somos y cuál es nuestro lugar. Esta obsesión histórica del hombre hacia el futuro, nos ha impregnado de una arrogancia que está acabando con las bases del mundo que nos alberga.

La tendencia hacia la globalización hace que el mundo viva de lo que destruye. Estamos en tiempo de descuento, en el urgente momento de la reacción, porque de no hacerlo, y aunque parezca tremendista, estamos abocados a la extinción.

 

 

El objetivo.

 

El objetivo de este proyecto reside en crear conciencia, tomar opinión, ganar defensores, crear militantes, más allá de las instituciones, organismos o corporaciones que ya luchan por mantener estos tesoros irreemplazables. Buscamos remover conciencias simplemente haciendo de guías, basándonos en la belleza, en lo creativo y en lo metafórico. Mostraremos desde dentro las maravillas contenidas en estos bosques milenarios, que esconden la fascinación de lo primigenio, acercándonos a la admiración del origen, que nos invita al estudio de la cosmogonía, a la reconciliación de lo espiritual con lo científico.

 

 

Cómo lograrlo.

 

Cuando se pasea por un bosque todos los sentidos están trabajando y la vista es uno más. Es imposible abstraerse del olfato; del olor a humedad propio de los bosques, repleto de mil matices de líquenes, musgos, flores. El oído que nos transporta en el espacio colocando el horizonte invisible en el último aullido de un animal o en el crepitar de las ramas al chocar movidas por el viento. El tacto que nos acerca a la aspereza de un tronco o a la suavidad de una hoja. El gusto que nos proporciona la refrescante sensación del agua de un manantial o de cualquier baya que encontramos a lo largo de nuestro deambular por el bosque. Por último, la vista que describe y aúna todas las sensaciones de los demás sentidos y que proyecta todas esas sensaciones en la pantalla de lo vivido, custodiadas en la caja de los bellos recuerdos que conforman nuestra vida.

 

 

Exposición.

 

Es imprescindible sumergir al espectador en el misterio del bosque. Para ello hemos proyectado cada parte que compone UNIVERSO BOSQUE como un bloque unitario de comunicación, pero estudiando cada uno en su singularidad. La exposición es el centro del resto de actividades que giran a su alrededor, aunque somos conscientes de que el catálogo puede

funcionar como obra unitaria en una biblioteca, el documental en una programación de una cadena de televisión o las fichas didácticas en una escuela. La idea es que cada parte llame a las demás.

 

Cuando se visita una exposición, se hace en un espacio protegido, atemperado, silencioso, repleto de información y en ocasiones guiado; justo lo contrario a la experiencia sensorial de andar por un bosque, en el que nadie es ajeno a sus sentidos, a los agentes meteorológicos, a las estaciones; una experiencia tan vital que la propia pisada marca el ritmo.

En una exposición la vista es el principal de los sentidos, eclipsando todos los demás. Esta contraposición sensorial es la que pensamos transgredir, ya que esta muestra pretende comunicar:

 

  • la presencia humana ante y dentro de estos espacios naturales.
  • la presencia del fotógrafo a través de su estudiada codificación de lo real,

 

Pretendemos que el espectador se adentre en el bosque de forma que todos los sentidos trabajen en aras del sobrecogimiento, de la admiración, del respeto por lo natural.

 

Son los propósitos que perseguimos en cada sala de exposiciones. Nuestra forma de fotografiar posibilita una puesta en escena conmovedora, en la que cada fotografía es una ventana, en la que la mirada del espectador viaje al interior

de cada bosque, como si se tratara de una película. Un film sin principio ni fin, en el que cada hoja, cada tronco, sea visto con tal perfección que nos transporte a esa inmensidad natural, en el que cada rincón pueda ser observado de una manera única, haciendo que cada imagen se proyecte como un recorrido interior, una película en el que el espectador forme parte de los títulos de crédito.

 

 

Singularidades.

 

Si ya existen otros trabajos fotográficos de estos espacios; al abordar esta propuesta, nos planteamos unas cuantas preguntas: ¿qué sentido tiene acometer este proyecto? ¿en qué es diferente?

 

Hemos analizado la información gráfica existente con temática sobre los bosques primarios. Tras un exhaustivo análisis hemos llegado a las siguientes conclusiones:

  • La mayoría de los trabajos fotográficos están realizados para una difusión científica, sin connotaciones creativas.
  • En los casos de acometer proyectos artísticos, se han realizado de zonas concretas.
  • Nunca se ha abordado con un enfoque creativo y emocional la conexión que supone la globalidad de las áreas geográficas que ocupan los bosques primarios.

 

 

¿Qué aporta nuestro proyecto?, ¿qué queremos ofrecer?, ¿cuál es nuestra singularidad?

 

  • Planteamos la visión de estos bosques como una fuerza global en la que los árboles recorren el mundo. Por diferentes que parezcan a simple vista, existen similitudes extraordinarias entre los bosques del planeta, con conexiones por todas partes.

 

  • Pretendemos una imagen unitaria de los últimos siete grandes bosques primarios. No plantear capítulos, no abordar nada por si solo, porque al igual que los bosques son una red, nuestra presencia ante el bosque transmitirá una sola opinión: nada nos es ajeno. La progresiva eliminación de estos espacios naturales nos afecta directamente en nuestros bosques, en los cultivos, en los parques de nuestras ciudades y hasta en las plantas de nuestros balcones, es decir, en el conjunto de nuestra vida. Detrás de esta idea, subyace la pregunta al observador: ¿se puede permanecer neutral después de adentrarse en la magia de un bosque primario?

 

  • Una visión, lo más natural posible:
  • Fotografías realizadas con óptica de distancia focal normal, que reproducen la visión humana en cuanto a perspectiva, tamaño y distancia.
  • Una profundidad de campo ilimitada (la misma que obtenemos con nuestra vista).
  • Detalle similar al obtenido por la visión , para obtener en torno a esa representación, el sobrecogimiento que produce estar enfrente de la Naturaleza en estado de pureza.

 

  • Una metáfora de la vida sustentada en el concepto de la búsqueda de lo primordial, de la explicación, del comienzo, del mundo antes del hombre. Una sofisticada visión abstracta, basada en el hiperrealismo total que habla sobre la diversidad, la impenetrabilidad, la verticalidad y, sobre todo, de la atmósfera y de lo eternamente cambiante.

 

 

Ámbito geográfico del trabajo

 

Los siete últimos grandes bosques primarios del planeta, los “siete magníficos”, en los que desarrollaremos el trabajo, son los siguientes:

  • El bosque tropical amazónico
  • La jungla del sudeste asiático
  • Las selvas tropicales de África central
  • Los bosques templados de Sudamérica
  • Los bosques primarios de Norteamérica
  • Los últimos bosques primarios europeos en Rusia
  • Los bosques de la taiga siberiana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bosques primarios hace 8.000 años.

 

Hace 8.000 años gran parte de la superficie terrestre estaba ocupada por bosques intactos. La pérdida de estas masas arbóreas ha sido exponencial a la medida del desarrollo humano. En los últimos siglos, los lugares más inaccesibles o más inhabitables se salvaron de la tala sistemática.

 

El siglo XX, especialmente su segunda mitad fue el punto de partida de la tala en aquellos lugares a donde antes no se podía, o era dificultoso llegar. A pesar de la concienciación social y las campañas creadas desde organismos internacionales, parece

que no hemos aprendido la lección.

 

Desde comienzos del siglo XXI y según informes de la FAO, en los diez primeros años del siglo, el área de bosque primario del mundo disminuyó aproximadamente en 42 millones de hectáreas. Esto representa una reducción del 3,7% en el área total del bosque primario. A fecha de hoy, la superficie de bosque primario representa un 7% de la superficie terrestre. No nos podemos permitir perder más superficie de estos bosques, porque el desastre será irreversible.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bosques primarios en la actualidad.

 

  • Bosque tropical amazónico. Contiene la mayor biodiversidad del mundo y es el bosque tropical más extenso, repartido en la mayor parte entre fronteras brasileñas y peruanas, extendiéndose por países como Bolivia, Colombia, Ecuador, Venezuela, Guayana Francesa y Surinam.
  • Jungla del sudeste asiático. El bosque lluvioso más antiguo del mundo se extiende desde la India hasta Nueva Guinea, pasando por Indochina, Malasia y más de 20.000 islas.
  • Selvas tropicales de África central. Situadas entre las costas de Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón, Uganda y Burundi, constituye más del 80% de las selvas del continente africano. Es el segundo bosque primario en tamaño después de la selva amazónica.
  • Bosques templados de Sudamérica. Representan la mayor extensión de bosque templado intacto del mundo. El bosque templado de la Patagonia está situado en el sur de Chile y en el suroeste de Argentina.
  • Bosques primarios de Norteamérica. Incluyen el cinturón de bosque boreal que se extiende entre Terranova y Alaska, los bosques templado-lluviosos de la costa de Alaska y Canadá occidental, y la multitud de zonas residuales de bosque templado en regiones apartadas.
  • Últimos bosques primarios europeos. Estos bosques boreales representan el último reducto de bosque primario intacto en Europa. Solo quedan bosques vírgenes en Finlandia, Suecia y Rusia.
  • Bosques de la taiga siberiana. Es el bosque más grande del mundo. La taiga se sitúa al norte de Rusia y Siberia, norte de Europa, en la región del Hudson, al norte del Canadá y en el estado de Alaska.